Historia de una contradicción: cine y democracia

Jul 21, 2018 | 3er Festival de Cine de Jardín, Noticias

La democracia en el cine pasa por eliminar intermediarios, pasa por poner en tela de juicio el sistema de producción; pasa por apropiarse del sistema de producción.

El critico e investigador de cine Sergio Becerra instala la conferencia mencionando que su abordaje de la relación entre cine y democracia se da en el terreno de lo abstracto y no en aspectos de las apropiaciones o prácticas estéticas de la creación cinematográfica y audiovisual.

Partiendo de la idea de que los medios de representación de alguna manera contienen aquello que se va a representar, sugiere que en el transito entre el surgimiento de la fotografía, el impresionismo, el posimpresionismo y la aparición del cine como invento y fenómeno comunicacional y estético, se da una gran ruptura que es necesario tener en cuenta en las relaciones entre cine y democracia.

Narra cómo al indagar en internet pinturas impresionistas o posimpresionistas que representaran obreros alcanzó a encontrar únicamente alrededor de 20 pinturas, y concluye que estos eran movimientos que retrataban fundamentalmente escenas de ocio. El cine, en cambio, no es desde sus inicios el retrato del ocio, sino la irrupción del mundo del trabajo.

Partiendo de un recorrido pictórico por obras que muestran trabajadores, evidencia que estos no solían ser representados trabajando y se mostraban siempre vigilados o castigados. Plantea luego cómo la primera película de los Lumière (Trabajadores saliendo de la fábrica) respondía en ese momento a las necesidades de promoción de la industria, no a las de los trabajadores, por lo que mostrarlos dentro de la fábrica implicaba aceptar las condiciones de explotación de los modos de producción. Estableciendo así la pregunta ¿es esto lo que los trabajadores quisieran representar audiovisualmente de ellos mismos?.

La conferencia ilustra cómo la irrupción de los trabajadores en la representación cinematográfica plantean una importante contradicción de la que surgen las relaciones entre cine y democracia. Los trabajadores fueron los primeros en ser representados pero no eran ellos los que controlaban los códigos, los contenidos y la estética a través de los cuales eran representados. 

Para Becerra los trabajadores son un grupo representativo de todos aquellos que se pueden nombrar protagonistas de la democracia, es decir, grupos subyugados, invisibilizados, colonizados y explotados, que en determinado momento toman el control de su propia imagen, de su representación.

Según Becerra, ya sea a través la práctica electoral o del funcionamiento de las instituciones democráticas, las relaciones entre cine y democracia dependen de la independencia que aquellos que son representados tengan de aquellos que retienen los medios de representación.